lunes, 6 de enero de 2014

O6 Enero



Demi nos dice:

"Enfréntate a tu más profundo miedo; después, el miedo no tiene poder".
-Jim Morrison

Cuando era pequeña, me causaba pánico la idea de vomitar y terminé siendo bulímica. Inconscientemente estaba dando tienda suelta a mi peor temor. Odiaba tanto vomitar que al final terminó controlándome a mí.

Meta: Asegúrate de que no das entrada a tus propios miedos sino que los dejas ir. Recuerda que hay un propósito para cada reto y para cada oportunidad en la vida.

Opinión personal:

Para Demi su peor miedo fue vomitar y al dejar que su miedo se apoderara de ella, terminó siendo bulímica. Mi peor miedo es la soledad. El temor a terminar sola y que nadie se acuerde de mí.  Hace poco más de un año, decidí estudiar la Universidad lejos de casa- ocho horas me separaban de mi ciudad natal- porque había pasado el examen de admisión en una escuela pública. En un principio mi emoción era muy grande porque estaría en una ciudad donde ya antes había vivido con mi mamá y ahora regresaba por mi cuenta. Mi mamá me acompañó unos días para establecerme, pero conforme los días pasaron, yo quería que ella se quedara. Sin embargo eso no era posible porque ella tenía que trabajar. Tanto era mi miedo que dude si quedarme o no. Al fin y al cabo yo no quería estudiar la carrera a la que ya estaba inscrita. Dude y dudé, tanto así que trajo consigo otro de mis peores miedos: enfermarme. Pasé una noche con un dolor de estómago fatal, seguido del vómito -suelo ponerme así cuando estoy estresada y nerviosa- y con mi mamá al teléfono, rogándole que me dejara regresar a casa. De alguna manera ella y yo nos tenemos la una a la otra. Y ella me extrañaba. No recuerdo hasta el día de hoy como fue que empaqué todas mis cosas y estaba en la terminal de autobuses con destino a mi ciudad... ¿Si me arrepiento? No, no me arrepiento. Ahora me faltan dos años para terminar mi carrera y estoy feliz porque estoy cerca de mi mamá y de mis amigos. Sé que en un futuro querré irme otra vez y tendré que superar ese miedo a estar sola y estoy consciente de ello. 

Otra parte de la soledad a la que tenía miedo era a no tener alguien que me amara. Estuve en una relación on-off por más de tres años. Fue una etapa muy difícil porque yo quería estar con esa persona a pesar de que sabía que esa persona me engañaba y no sentía lo mismo por mí desde hacía mucho tiempo. No sé en que momento abrí los ojos y me di cuenta que estaba perdiendo mi tiempo. En el proceso de esa relación perdí mi dignidad, me humillé y sufrí demasiado, pero también aprendí a que no merecía eso. NINGUNA MUJER merece que la traten de la manera en la que fui tratada sólo por temor a estar sola. 

Después de un tiempo, comprendí que no es necesario un hombre para ser feliz o que nuestra felicidad/estado de ánimo dependa de alguien más. Nuestra felicidad es individual y sólo nosotros nos la podemos dar. Estoy orgullosa de decir que superé un poco ese miedo, que obviamente no me tomó un par de días, sino fueron meses donde me autoevalué y analicé mi comportamiento. Aprendí de mis errores y aun sigo trabajando en eso. Lo importante es amarse a uno mismo porque nadie más lo hará por nosotros. Superar esos miedos para que ellos no se apoderen de nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario